TECNOLOGIA, ARTE E INTERACTIVIDAD.

Las nuevas prácticas artísticas no surgen aisladas de su contexto. Por el contrario, emergen de una nueva cultura que involucra métodos, procedimientos y recursos tecnológicos para lograr la comunicación estética. Estas herramientas ofrecen oportunidades para inusuales formas de expresión artística, además de encaminar hacia nuevos hábitos de creación y consumo cultural.

Gracias a la incorporación de la tecnología en el arte, los artista pueden conseguir que el receptor no sea un mero espectador sino que tenga la posibilidad de interactuar con su obra. De esta manera dejamos de ser pasivos para acercarnos mas aun a las obras artísticas.



Existen multitud de artistas que han optado por esta nueva forma de concebir el arte, aunque los artistas japoneses parecen ir a la cabeza en este sentido, como podréis ver en los distintos videos que se muestran. Esta estrategia resulta muy atractiva para el espectador y esta siendo utilizada para una mayor difusión del arte. 


 El observador puede intervenir en el control de la obra entendida como proceso artístico que necesita de la participación de este, como si de una creación colectiva se tratase, a fin de completarse y actualizar su virtualidad.


Al principio, la interactividad se materializaba esencialmente en artefactos que invitaban a los usuarios a la observación y la manipulación. En las últimas décadas, el uso de la tecnología digital para la experimentación plástica ha dado pie a nuevas y complejas formas de expresión. La realidad virtual ha permitido la creación de entornos ficticios susceptibles de ser manipulados por el usuario. El hipertexto del lenguaje HTML ha servido para incorporar elementos narrativos en una experiencia multimedia que ha convertido a Internet en un paraguas capaz de cobijar numerosas manifestaciones artísticas personales o colaborativas. El futuro del arte aparece, por tanto, ligado a la evolución de la tecnología y a su dimensión esencialmente interactiva.






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